La industria del automóvil está en constante evolución para proporcionar siempre a los ocupantes del vehículo el mayor confort y seguridad posibles. Desde el momento en que ponemos en marcha el motor de nuestro vehículo, la nueva generación de asistentes puede dar fe de ello. Sin embargo, existen otros elementos, como los frenos de tambor, que existen desde hace varios años debido a su eficacia.
Sí, leyó bien, porque los frenos de tambor que todavía se instalan en muchos modelos de automóviles nuevos (especialmente vehículos utilitarios y vehículos comerciales ligeros) no se usaron hasta el siglo XX. El concepto fue probado incluso antes. Lo cierto es que para garantizar su correcto funcionamiento es necesario realizar revisiones periódicas para salvarnos del pánico y riesgos innecesarios.
¿Cómo mantener los frenos de tambor del coche?
El mantenimiento de los frenos de tambor no es nada complicado. Simplemente revise el exterior del tambor en busca de oxidación, grietas o deformación. Una de sus ventajas es que suele durar mucho tiempo. Por supuesto, al reemplazar piezas, se recomienda reemplazar el kit completo, incluida la rueda en cuestión y el otro lado del eje terminado (actualmente, los frenos de tambor solo se usan en las ruedas traseras).
¿Cómo funcionan los frenos de tambor?
Obtuvo su nombre precisamente porque el sistema consiste en un tambor o cilindro que gira con un eje. En el interior, dos grandes zapatas se encargan de resistir la resistencia del propio tambor cuando se accionan los frenos, creando así una fricción que reduce la velocidad para frenar o detener el vehículo.